VENZAMOS EL PERFECCIONISMO Y AVANCEMOS HACIA LA EXCELENCIA

 Caer en las garras del perfeccionismo, es muy frecuente, para algunas personas; tal vez muchas, con mayor frecuencia y para otros con no tanta, pero sin escapar a esta inclinación del perfeccionismo. Y al final, el tiempo se pasó en la búsqueda de éste sin avanzar en el objetivo de cumplir con algo importante que teníamos pendiente. Es cierto que la atención a los detalles es importante, pero cuando nos obsesionamos por el perfeccionismo y hacemos de éste una forma de vida, pueden surgir problemas para el cumplimiento de la mayor parte de las tareas o proyectos. Por eso, es necesario tomar algunas medidas para evitar ser atrapados por lo que parece una virtud pero que, al final, nos está perjudicando.

Concéntrese en lo importante

¿Qué lo está llevando a obsesionarse con el perfeccionismo? ¿Es, en realidad, que trata de ser una mejor persona o una persona perfecta, de alguna manera o, tal vez, solo esté tratando de impresionar a alguien o competir con alguien? ¿ O está tratando de cumplir con expectativas y caprichos de otros? La excelencia no es sinónimo de perfección; así que si las razones mencionadas anteriormente son las que lo inducen, debe prestarles atención, para avanzar sin dejar de aplicar la excelencia. Muchas veces, el perfeccionismo es, solamente, falta de confianza en usted mismo y cuando nos obsecamos en ello, podemos perder la tranquilidad y, lo peor, como ya lo mencioné, no avanzar y, menos aún, concluir con nuestros deberes y obligaciones.

Reconsidere la situación

Es importante reflexionar sobre lo que estamos pensando mientras nos decantamos por el perfeccionismo. Muchas veces es, la consideración de que éste es el camino al éxito, o algunas otras expectativas poco realistas de los resultados. Pues es éste el punto de inflexión ¿O tiene otras expectativas poco realistas del resultado? Aquí es donde podría estar el punto de inflexión y cambiar nuestra manera de pensar, para ir del perfeccionismo al logro de objetivos con excelencia.

Las comparaciones pueden estar afectando sus acciones

Las comparaciones son odiosas, dicen algunos; pero yo diría que, más que odiosas son perjudiciales, pues las circunstancias, condiciones, propósitos y entorno de cada persona son diferentes. Tal vez estemos tras el perfeccionismo por imitar a alguien cuyo objetivo sea impresionar a alguien, pero con diferentes condiciones para el logro de las cosas que hace. Un estudiante con nota de noventa podría sacrificarse mediante el perfeccionismo para compararse con el estudiante de nota cien, que trabajó con mejores condiciones de iluminación, de instrumentos de trabajo e, incluso, de alimentación. Lograr su nota de cien no estaría mal en condiciones normales, pero su nota de noventa podría considerarse una nota excelente de acuerdo con sus condiciones. Considérese todo esto de manera razonable, siempre sujeto a condiciones particulares y, sobre todo, al propósito que nos mueve. Recuerde que uno de los principales objetivos en su vida deberá ser preservar su salud, tanto física como mental. Felicítese por sus logros, producto de su esfuerzo y en las condiciones que la vida le ha dado.

Seamos compasivos con nosotros mismos

En concordancia con el párrafo anterior, seamos compasivos con nosotros mismos. Una de las particularidades del perfeccionismo es que no admite excusas. Si no lo hace de esa manera determinada, considerada perfecta, que otros obtuvieron, creeremos que no tuvimos éxito, y pensaremos que somos un fracaso. Admitir que no somos perfectos sino buscadores de la excelencia nos enseñará la auto tolerancia, el auto perdón ante esos pequeños detalles “imperfectos” y tomar nuestros errores como lecciones para seguir con la excelencia.

Reflexione sobre estas medidas que podrían parecer insignificantes, pero que tal vez, valga la pena tomar en cuenta para nuestra salud física y emocional y para nuestro éxito. El perfeccionismo muchas veces nos convierte en personas antisociales, alejándonos de los demás y nos causa estrés cuando no vemos esa precisión mecánica o inmaculada que, repito, repercute negativamente en nuestra salud mental y física. Cumpla con excelencia, pero disfrute la vida.